viernes, 23 de septiembre de 2016

Literatura Francesa

Pero debo reconocer que estoy sujeto a estas súbitas transformaciones. Lo que pasa es que rara vez pienso; entonces sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución.
—  La náusea, Jean-Paul Sartre



…lo cierto es que tuve miedo o algo por el estilo. Si por lo menos supiera de qué tuve miedo, ya sería un gran paso.
—  La náusea, Jean-Paul Sartre


La dicha suprema de la vida es la convicción de que somos amados, amados por nosotros mismos; mejor dicho amados a pesar de nosotros.
—  Víctor Hugo, Los miserables.


Estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo; sé que esto es muy fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama.
—  La peste - Albert Camus


No es el amor lo que perturba la vida,
sino la incertidumbre del amor.
No tengo esperanza. Sólo sé que hay
que tenerla. Es vital, hay que tenerla.
La vida está hecha de fragmentos
que no se unen.
—  Henri-Pierre Roché

He leído tantos libros…
Sin embargo, como todos los autodidactas, nunca estoy segura de lo que he comprendido de mis lecturas. Un buen día me parece abarcar con una sola mirada la totalidad del saber, como si invisibles ramificaciones nacieran de pronto y unieran entre sí todas mis lecturas dispersas; y , de repente, el sentido no se deja aprehender, lo esencial se me escapa, y por mucho que lea y relea las mismas líneas, las comprendo cada vez un poco menos…
— 
LA ELEGANCIA DEL ERIZO, Muriel Barbery


 Nadie parece haber caído en la cuenta de que si la existencia es absurda, lograr en ella un éxito brillante no tiene más valor que fracasar por completo.
—  El encanto del erizo


Que estoy inmersa en una tristeza que ya esperaba y que sólo procede de mí. Que siempre he sido triste. Que también percibo esa tristeza en las fotos en las que aparezco siendo niña. Que hoy esta tristeza, aun reconociendo que se trata de la misma que siempre he sentido, se me parece tanto que casi podría darle mi nombre.
—  El amante - Marguerite Duras


Únicamente sentía su soledad, y el frío que le iba penetrando, y un peso más pesado en el lugar del corazón.
—  La mujer adúltera, Albert Camus.


También suele pasear en bicicleta por el campo. Pedalea con todas sus fuerzas, llenándose los pulmones con el sabor de la eternidad. La eternidad de la infancia es breve, pero él no lo sabe todavía; el paisaje desfila ante sus ojos.
—  Las partículas elementales, Michel Houellebecq


Leo para ver, para ver bien -mejor que en la vida- el deslumbrante dolor de vivir. No leo para que me consuelen, puesto que soy inconsolable. No leo para comprender, puesto que no hay nada que comprender. Leo para ver como la vida sufre en mí.
—  de Un simple vestido de fiesta, Christian Bobin


Se bien que se ha acabado
pero no entiendo el final.
Michel Houellebecq



Al igual que la literatura, la música puede determinar un cambio radical, una conmoción emocional, una tristeza o un éxtasis absolutos; al igual que la literatura, la pintura puede generar asombro, una nueva mirada ante el mundo. Pero sólo la literatura puede proporcionar esa sensación de contacto con otra mente humana, con la integralidad de esa mente, con sus debilidades y sus grandezas, sus limitaciones, sus miserias, sus obsesiones, sus creencias: con todo cuanto la emociona, interesa, excita o repugna
—  Michel Houellebecq, Sumisión, trad. Joan Riambau (Anagrama: Barcelona, 2015)







domingo, 24 de abril de 2016

Fragmentos de "El portal del paraíso", Adolfo Colombres.


Desde los 15 años no dejo de amarlo.


En aquella edad sin orillas (...) Presentía la existencia de otro mundo dentro de éste, o la posibilidad de crearlo con sólo abrir las puertas del éxtasis.


(...) perdió por sus actos, pero que jamás podrá reconquistar con ellos(...) tarde comprendimos que no hay retornos reales, que no se recupera la inocencia (...) Fue breve. Pronto huyó con claridad.

El silencio es más puro.

El verano se va con sus excesos, y mi relación con la realidad sigue siendo un coito ininterrumpido. ¿Puedo esperar otra cosa? De poco me sirve acercarme a esta última razón que es la muerte. De espaldas ya a toda metafísica, la miro como un hecho fisiológico, algo muy simple que vendrá a confirmar que era e verdad necesario, pese a mi fantasía (...) No se trata de salmodiar desdichas, de llorar por lo que no fue, y ni siquiera por lo que fue (...)

Sí, cometí la canallada de buscar el paraíso por las costas del hambre. Mas lejos de arrepentirme de este pecado de juventud, vuelvo sobre mis pasos para confirmar algunas sospechas. Acepo por eso seguir cargando mi culpa (...) la vida se me fue reduciendo a un pretexto para la literatura (...) tal pasión me devoró de a poco, sin que me percatara, hasta reducirme a un saco de huesos nostálgicos, incapaces de una fornicación. De haber conocido el precio de la "sabiduria" me hubiera quedado en la mezquindad de la miel, en esa mentida inocencia. (...) Me interesará siempre lo que esta detrás, y lo que está detrás es la niebla. ¿Por qué no hundirse entonces en ella a recoger los jirones de la intensidad, de lo que caprichosamente ha perdurado?
Es fácil inventar personajes y apropiarse de sus temblores. También ocultarse en un narrador flemático, mostrando la copa del sombrero como un asesino emboscado. ¿Qué ganaría con esos juegos?

 (juego lejano y desesperado del que nadio salió ganando)
 Las cosas se complican cuando uno quiere contarlas , como si temieran la voracidad de las palabras. Así lo simple se torna de pronto inexplicable. (...) Hay al final una serpiente que se oculta en la hierba, antiguo signo de la tentación y caída. La descubro, y cruzamos agudas miradas de entendimiento.

 (...) confesar que vuelvo simplemente porque en este lugar fui feliz hubiera resultado demasiado estúpido y sentimental (...) Cada cual arrastraba su soledad, y no estabamos dispuestos a negociarla. (...) ¿Qué ha cambiado, más allá de las apariencias? (...) No puedo reprimir la angustia ahora que llega el momento del último adiós. 
La belleza sólo existe en aquello que no es real.

Entonces me pregunto seriamente si llevé la vida hasta la profundidad, y si esta vida puede ser también otras vidas, pues tal es el verdadero punto de partida del arte. Me imagino mi existencia como un largo viaje, pero como todo viaje es también y sobre todo un viaje mental, ¿no habré vivido de la mente? Más luz, balbucía un Gothe moribuendo, pidiendo que le abrieran la ventana. Mehr Licht!


un avance lineal hasta la autodestruicción.
Si lograba saltar por encima de sus ruinas sería otra persona (...) 
Mejor aprender a huir.
(que este alejamiento de tus origenes no te ahogue en culpa) 

la desdicha de tanta belleza sacrificada a una idea de la belleza, y de pronto esa mujer tan llena de sombras.
 ¿No continuaba de este modo una fuga de sí mismo, de ese amor que pretendía hallar, de la vida real?

Cada cual vive como puede y, en algunos casos como se merece. Él se mercía ese naufragio, y a qué llorar entonces....

Ese cuerpo relajado, tendinoso, d tantas pausas y temblores secretos, en la desmitificación de su desnudez, se le hacia turbador omo el asalto a un territorio desconocido, pleno de furias indefinibles.

Eternidad degollada.

 

 

martes, 5 de abril de 2016

Tan Rocha que da nauseas








(...) Momentáneamente por encima de esa iname cópula cabernaria, la guitarra del espacio deja caer en Persio su llamado exasperante. Inseguro de su oído , cerrados los ojos, sabe Persio que sólo el vocabulario balbuceado, el lujo incierto de las grandes palabras cargadas como las águilas con la presa real , replicarán por fin en su más adentro, en su más pecho y su más entendimiento, la resonancia insoportable de las cuerdas. (...)
(...) ¿Cómo entrever la tercera mano sin ser ya uno con la poesía, esa traición de palabras al acecho, esa proxeneta de la hermosura, de la euforia, de los finales felices, de tanta prostitución encuadernada en tela y explicada en los institutos de estilística? No, no quiero poesía inteligible a bordo, ni tampoco voodoo o ritos iniciáticos. Otra cosa más inmediata, menos copulable por las palabras, algo libre de tradición para que por fin lo que toda tradición enmascara surja como un alfanje de plutonio a través de un biombo lleno de historias pintadas. (...) Algo se me acerca cada vez más, pero yo retrocedo, no sé reconciliarme con mi sombra; quizá (...)
¿Pero y después, después?

...*Usted me desconcierta porque tiene una serenidad y un equilibrio que no van de acuerdo con lo que me ha dicho....* Soledad, dulce ausencia de miradas.

J.C



Si escribo lo que siento 
es porque así disminuyo
la fiebre de sentir.

F. Pessoa 




“No es posible despertar a la consciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino por hacer consciente la oscuridad.”
-Carl Gustav Jung.

miércoles, 30 de marzo de 2016

"Un hombre va al psiquiatra y dice: 'Doctor, uh, mi hermano está loco, cree que es una gallina'. Y el doctor le dice: '¿Y por qué no lo internas?' El hombre le responde: 'Lo haría, pero necesito los huevos'.
Creo que eso es más o menos como me siento respecto a las relaciones. Son totalmente irracionales, locas y absurdas, y... pero, creo que seguimos en ellas porque, uh, la mayoría de nosotros... necesitamos los huevos”.
  Monólogo de Alvy Singer (Woody Allen)








 Yo dejo que me atraviesen
para ver luego qué sucede.
Herida y cicatriz.
Dolor y remedio.
Lo-cura.

Las palabras, que un día no comprendimos
se van quedando en el inconciente
y, de repente,
adquieren una coherencia irreprochable.
Luego de la incomprensión del primer momento,
de la primer lectura,
aparece el texto puro.
Primero el disfraz,
después la esencia.
¡Canción de las simples cosas!



dadeloS

jueves, 24 de marzo de 2016


Como la comparación magna del cuerpo como un graan grano repleto de pus. Mientras más vacío, más sano.
Vivir en una curda de pensamiento.






¡Qué va!



No se puede ver a la enfermita, es muy tarde y está durmiendo. Vade retro, Asmodeo. O que lo dejaran entrar y le sirvieran café, no, todavía peor, y que en una de esas empezaran a llorar, porque seguramente sería contagioso, iban a llorar los tres hasta perdonarse, y entonces todo podía suceder, las mujeres deshidratadas son terribles. O lo pondrían a contar veinte gotas de belladona, una por una.


-Yo en realidad tendría que ir -le dijo Oliveira a un gato negro de la rue Danton-. Una cierta obligación estética, completar la figura. El tres, la Cifra. Pero no hay que olvidarse de Orfeo. Tal vez rapándome, llenándome la cabeza de ceniza, llegar con el cazo de las limosnas. No soy ya el que conocisteis, oh mujeres. Histrio. Mimo. Noche de empusas, lamias, mala sombra, final del gran juego. Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo. Irremisiblemente. No las veré nunca más, está escrito. O toi que voilà, qu'as tu fait de ta jeunesse? Un inquisidor, realmente esa chica saca cada figura... En todo caso un autoinquisidor, et encore... Epitafio justísimo: Demasiado blando. Pero la inquisición blanda es terrible, torturas de sémola, hogueras de tapioca, arenas movedizas, la medusa chupando solapada. La medusa solando chulapada. Y en el fondo demasiada piedad, yo que me creía despiadado. No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara, pero sin la rue Dauphine, sin el chico muerto, sin el Club y todo el resto. ¿Vos no creés, che?
El gato no dijo nada.

(...)
Por una vez no le era penoso ceder a la melancolía. Con un nuevo cigarrillo que le daba calor, entre los ronquidos que venían como del fondo de la tierra, consintió en deplorar la distancia insalvable que lo separaba de su kibbutz. Puesto que la esperanza no era más que una Palmira gorda, ninguna razón para hacerse ilusiones. Al contrario, aprovechar la refrigeración nocturna para sentir lúcidamente, con la precisión descarnada del sistema de estrellas sobre su cabeza, que su búsqueda incierta era un fracaso y que a lo mejor en eso precisamente estaba la victoria. Primero por ser digno de él (a sus horas Oliveira tenía un buen concepto de sí mismo como espécimen humano), por ser la búsqueda de un kibbutz desesperadamente lejano, ciudadela sólo alcanzable con armas fabulosas, no con el alma de Occidente, con el espíritu, esas potencias gastadas por su propia mentira como también se había dicho en el Club, esas coartadas del animal hombre metido en un camino irreversible. Kibbutz del deseo, no del alma, no del espíritu. Y aunque deseo fuese también una vaga definición de fuerzas incomprensibles, se lo sentía presente y activo, presente en cada error y también en cada salto adelante, eso era ser hombre, no ya un cuerpo y un alma sino esa totalidad inseparable, ese encuentro incesante con las carencias, con todo lo que le habían robado al poeta, la nostalgia vehemente de un territorio donde la vida pudiera balbucearse desde otras brújulas y otros nombres. Aunque la muerte estuviera en la esquina con su escoba en alto, aunque la esperanza no fuera más que una Palmira gorda. Y un ronquido, y de cuando en cuando un pedo.


Se moriría sin llegar a su kibbutz pero su kibbutz estaba allí, lejos pero estaba y él sabía que estaba porque era hijo de su deseo, era su deseo así como él era su deseo y el mundo o la representación del mundo eran deseo, eran su deseo o el deseo, no importaba demasiado a esa hora. Y entonces podía meter la cara entre las manos, dejando nada más que el espacio para que pasara el cigarrillo y quedarse junto al río, entre los vagabundos, pensando en su kibbutz.


El nuevo le dijo que también él la conocía de alguna parte, y a los dos les gustó mucho reconocerse a esa hora de la madrugada


y una noche en la rue Gît-le-Coeur, besándose y rechazándose alternativamente, borrachos perdidos


Celos retrospectivos, véase Proust, sutil tortura and so on.


Después se pusieron a fumar hombro contra hombro, satisfechos. La náusea retrocedía, no vencida pero humillada, esperando con la cabeza gacha, y se podía empezar a pensar en cualquier cosa.

(...) tan natural que todo fuese así absolutamente anverso o reverso, el signo contrario como posible forma de sobrevivencia.


desentonando y olvidándose de las palabras mientras acariciaba a Oliveira que seguía pensando en que sólo el que espera podrá encontrar lo inesperado, y entrecerrando los ojos para no aceptar la vaga luz que subía de los portales, se imaginaba muy lejos




Apretando el cigarrillo entre los labios hasta sentirlo casi como parte de la boca, Oliveira la escuchaba, la dejaba que se fuera apretando contra él, se repetía fríamente que no era mejor que ella y que en el peor de los casos siempre podría curarse como Heráclito, tal vez el mensaje más penetrante del Oscuro era el que no había escrito, dejando que la anécdota, la voz de los discípulos la transmitiera para que quizá algún oído fino entendiese alguna vez.



Le hacía gracia que amigablemente y de lo más matter of fact la mano de Emmanuèle lo estuviera desabotonando, y poder pensar al mismo tiempo que quizá el Oscuro se había hundido en la mierda hasta el cogote sin estar enfermo, sin tener en absoluto hidropesía, sencillamente dibujando una figura que su mundo le hubiera perdonado bajo forma de sentencia o de lección, y que de contrabando había cruzado la línea del tiempo hasta llegar mezclada con la teoría, apenas un detalle desagradable y penoso al lado del diamante estremecedor del panta rhei, una terapéutica bárbara que ya Hipócrates hubiera condenado, como por razones de elemental higiene hubiera igualmente condenado que Emmanuèle se echara poco a poco sobre su amigo borracho y con una lengua manchada de tanino le lamiera humildemente la pija, sosteniendo su comprensible abandono con los dedos y murmurando el lenguaje que suscitan los gatos y los niños de pecho, por completo indiferente a la meditación que acontecía un poco más arriba, ahincada en un menester que poco provecho podía darle, procediendo por alguna oscura conmiseración, para que el nuevo estuviese contento en su primer noche de clochard y a lo mejor se enamorara un poco de ella para castigar a Célestin, se olvidara de las cosas raras que había estado mascullando en su idioma de salvaje americano mientras resbalaba un poco más contra la pared y se dejaba ir con un suspiro, metiendo una mano en el pelo de Emmanuèle y creyendo por un segundo (pero eso debía ser el infierno) que era el pelo de Pola, que todavía una vez más Pola se había volcado sobre él (...)  para hacerlo gozar y gozar desde afuera, atenta y analítica y ajena, antes de reclamar su parte y tenderse contra él temblando, reclamándole que la tomara y la lastimara



." Telefonear para contar un sueño divertido estaba bien, pero basta, no insistir. Cada uno por su lado, la hidropesía se cura con paciencia, con mierda y con soledad. Por lo demás el Club estaba liquidado, todo estaba felizmente liquidado y lo que todavía quedaba por liquidar era cosa de tiempo. (...)
 El otro pederasta había sacado un tubo de latón del bolsillo y miraba por un agujero, sonriendo y haciendo muecas. El pederasta más joven le arrebató el tubo y se puso a mirar. "No se ve nada, Jo", dijo. "Sí que se ve, rico", dijo Jo. "No, no, no, no." "Sí que se ve, sí que se ve. LOOK THROUGH THE PEEPHOLE AND YOU'LL SEE PATTERNS PRETTY AS CAN BE." "Es de noche, Jo." Jo sacó una caja de fósforos y encendió uno delante del calidoscopio. Chillidos de entusiasmo, patterns pretty as can be. Et tous nos amours, declamó Emmanuèle sentándose en el piso del camión. Todo estaba tan bien, todo llegaba a su hora, la rayuela y el calidoscopio, el pequeño pederasta mirando y mirando, oh Jo, no veo nada, más luz, más luz, Jo. Tumbado en el banco, Horacio saludó al Oscuro, la cabeza del Oscuro asomando en la pirámide de bosta con dos ojos como estrellas verdes, patterns pretty as can be, el Oscuro tenía razón, un camino al kibbutz, tal vez el único camino al kibbutz, eso no podía ser el mundo, la gente agarraba el calidoscopio por el mal lado, entonces había que darlo vuelta

lunes, 21 de marzo de 2016

Saquemos todo de contexto

.Quedó por entonces desvinculado del mundo, el muchacho.
y Chacha dónde quedó? ¿Dónde es que es ahora?  .
No pensemos en dejar, sino en alejar.
Es tanto el éxtasis que un vaso de vino la lleva a lo que pensamos.
.
.
.
Directamente.
¿Por cuánto?
Y,,, decime, ¿qué es el tiempo?
Las veces, puede ser..
¿Las veces de qué?
Me dijeron que hablar no significa comunicarse.
Já- No estoy hablando.
Fantasma.







.--..-.-.-.-.-.